Estuve ayer en el ISSSTE. En el Hospital de Zapata.Fue como una caída al infierno. Fue el viaje de Lívingston por el Infierno, el Purgatorio, en una inextricable selva de dolientes que son mandados a as oficinas del archivo, porque "no llegó su expediente" y se tropieza con bestias salvajes que se han convertido de humanos que eran en el más peligoros de los seres.Todos los demonios malencarados y amenazantes.
Pululan las quejas. La médica Méndez Yosino tuvo que volver a hacer la hoja de contrareferencia porque-- ¿no más!-- se olvidó de poner mi nombre y cédula... Esperar y esperar.Tras rehacer el documento volver abajo tres pisos a pie, porque el único elevador está atestado de pacientes impacientes por agolparse a dentro de esa jaula...
Si trata de ver al Dr. Salvador Galvez Garavito-- el director de ese nosomanicomio- es asunto que, contrario a todas las obligaciones de un servidor público, jamás te dará derecho de audiencia, Constitucional, eh? y ya es cuento repasado y consabido que:
-ya te dicen que "nunca está", que es "imposible verlo".
Tu queja sobre el hecho de que una cita médica se dilate más de una hora, es tratada con menosprecio.
Te dan una sola medicina para tu "demencia senil" y tras una cola de dos horas, la farmacéutica te espeta que ya te dieron esa medicina hace muchos días y que debes esperar 16 días más para que te la avienten.
Todo comienza con una visita al director de la clínica familiar de la calle de Obregón, en Cuernavaca. Aquí comienza el Averno: aquí, van pasando por círculos infernales; en el primero, están los infelices que nunca estuvieron sanos porque nunca los curaron; los medio vivos, los niños que no pudieron recibir las medicinas antes de morir.
Pululan las quejas. La médica Méndez Yosino tuvo que volver a hacer la hoja de contrareferencia porque-- ¿no más!-- se olvidó de poner mi nombre y cédula... Esperar y esperar.Tras rehacer el documento volver abajo tres pisos a pie, porque el único elevador está atestado de pacientes impacientes por agolparse a dentro de esa jaula...
Si trata de ver al Dr. Salvador Galvez Garavito-- el director de ese nosomanicomio- es asunto que, contrario a todas las obligaciones de un servidor público, jamás te dará derecho de audiencia, Constitucional, eh? y ya es cuento repasado y consabido que:
-ya te dicen que "nunca está", que es "imposible verlo".
Tu queja sobre el hecho de que una cita médica se dilate más de una hora, es tratada con menosprecio.
Te dan una sola medicina para tu "demencia senil" y tras una cola de dos horas, la farmacéutica te espeta que ya te dieron esa medicina hace muchos días y que debes esperar 16 días más para que te la avienten.
Todo comienza con una visita al director de la clínica familiar de la calle de Obregón, en Cuernavaca. Aquí comienza el Averno: aquí, van pasando por círculos infernales; en el primero, están los infelices que nunca estuvieron sanos porque nunca los curaron; los medio vivos, los niños que no pudieron recibir las medicinas antes de morir.
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